miércoles, 24 de febrero de 2010

Sobre la serie holmesiana de Rodolfo Martínez

Para evitar convertir el blog en un chat, he pensado que, en lugar de responder a los comentarios de los lectores con otros comentarios a mi vez, será mejor idea dedicar una entrada a cada pregunta a la que pueda dar una respuesta de algún interés. Os ruego paciencia si tardo en responder alguna.

Anónimo preguntó:

Por cierto, ¿se sabe si Rodolfo Martínez va a continuar su serie holmesiana? Acabo de leer El heredero de nadie y me ha encantado. Con esta serie Rudy ha ido de más a más en cada novela.


Mis noticias son que Rodolfo no va a continuar la serie holmesiana, aunque no descarta escribir un libro de relatos de Sherlock Holmes de estilo más canónico que las novelas.

Publicar esta serie ha sido una de las grandes alegrías de mi vida editorial, porque la he visto crecer desde la semilla de La sabiduría de los muertos hasta convertirse en un árbol frondoso que ha lanzado ramas en direcciones absolutamente inesperadas. (A este respecto, Rodolfo también ha comentado que, aunque no habrá previsiblemente nueva novela holmesiana, sí que le apetece escribir una de superhéroes pasados por el tamiz realista que ha aplicado ya: una suerte de Liga de la Justicia paralela). He podido, además, ejercer una labor editorial más intensa que en la mayoría de los títulos que publico (que son traducciones, y por tanto vienen "bloqueados"), dando ideas y, al menos en un caso, sugiriendo una variación importante (la conversación con Lovecraft en Las huellas del poeta no iba originalmente por esos derroteros).

Una de las preguntas que me hago con frecuencia al pensar en esta serie es: ¿debí intentar contener el caudal inventivo de Rodolfo y pelearme con él para que mantuviera la serie dentro de límites más canónicos (otra cosa es que lo hubiera conseguido, claro)? Comercialmente, es casi seguro que habría sido una buena idea; pero me gustaba demasiado lo que Rodolfo estaba haciendo con todos esos personajes de la literatura popular. Todavía hoy, cuando me acuerdo del giro vertiginoso que aplica a cierto muchacho (y hasta aquí puedo leer) al final de El heredero de nadie, siento una especie de exquisito placer culpable que debe de ser mi lado friqui emergiendo de la tumba. Así pues, para bien o para mal acabé editando esta serie como lector y no tanto como editor.

Lo que es muy satisfactorio es comprobar que vamos consiguiendo exportarla poco a poco: La sabiduría de los muertos se tradujo primero en Portugal, luego en Turquía, el año pasado en Polonia y hace sólo unas semanas en Francia. En Turquía, además, tienen prevista ya Las huellas del poeta, y tengo mucha curiosidad por ver qué opinan los lectores turcos sobre la novela de ambiente más español de la serie (es la que comienza con Sherlock Holmes en la Guerra Civil).

No hay comentarios:

Publicar un comentario